cuando yo era grande, no me cansaba de recibir elogios y besos de abuelas que ya no estan, tan dulce como caramelo de dulce de leche y chocolate, como mas temprano pasar la pagina y regodearse con los cachetotes de cachalotes inflables en el verano.
solia vivir en la maniana; no me cansaba de ver la montania desde la cima o sus pies descalzos con cayos y sus barbas de abuela, las interrupciones a las que atendia los lunes 11 am sin reproches, sin caprichos, entre capuchinos y mocosas novias taiwanesas, muniecas
Despertaba a eso de las 5 pm: gallos desafinados en rehabilitacion, naranja fanta y algo de pimienta detras de la oreja, y la almohada, llena de plumas de gallinas nobles y viudas,
vecinas bondadosas con las que jugar a las escondidas en roperos prestados, sin fondo ni compasion o renglones
Y pasaba facturas al dia, debajo del brazo, no queria compartir ni una migaja del pan sabroso del amor en el que me asaba al microondas, en una tasa sin asa, mas bien un bol, el de la abuela, el rojo e que sabia preparar arroz con leche los miercoles religiosamente
Cuando me preguntan mis colegas, como se sostiene un pensamiento o una novela, franco como una ballena que no quiere mentir que se encayo en la playa a proposito, pidiendo una o dos cosas a lo sumo,no extenderse mas de lo prudente y distancia para ver el mar desde afuera para contemplar su inmensidad cuando atardece
Si ya se ha hecho de noche, no quedan sino dos amantes acerrimos defensores de la arena, capitanes de un bote despintado que guarda un aire a portugal y a belleza que no se resigna, destinado a la sal y al bamboleo de los besos del sol, el romance de pez o de anguila, eterno, girando, en su cola una pluma de ave que escribira nuestra historia.
Recuerdo que ya soy ninio, que olvide la palabra que nunca me mencionaron ni entiendo; mi ser pugna por no entender, mi mente, por entender o zafar el momento en que se me exige la existencia de trabas y vestidos, sombreros, sombrillas, asombros, mansedumbre sombria, sin ver jamas la hora.
Imagino tierras gritando, dulces amapolas en campana, abiertas enamoradas, me dan la bienvenida, me hacen sentir como en casa, que mas quiero si no necesito nada, al menos por solo un segundo, soy feliz sin reclamos no verguenza ni palabras ni acciones, solo potrillos devorando flores de bien llegada, partos en el agua.
Sin pedir nada, solo nadas como voz en el viento o como vos en el fuego, no te quemas, te alimentas mientras transito una experiencia divina en un cuerpo humano, inhalo en oxigeno de los rios y dejo algo a los pescadores para que recuerden que todos estamos hechos de la misma materia vital, de agua y amatista.
De pronto, es una sensacion hermosa sentise perseguido por ese gigante, me despojo de la lapicera, de las unias de aguila, los trocitos de papel, de la vida es suenio, ropas, bombilla, zunchos, sacos rotos, frazadas y pantalones a medio subir, pantallas, cenizas, tachos, triangulos, sensaciones de payaso, mundo y me dispongo a recibir lo agradable.
1 comentario:
y el gigante? la inoperitividad del artista.
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