16 nov 2007

panorama

Subo a la mesa y despiertan los colores. bajo por la escalera y la fiera comienza a agitarse. a penas un viento corriendo en un pasillo derrumba los castillos de cartas construídos por la paciencia. un sol se arremolina arriba de un árbol. al chiflido de la pava, se anuncia una nueva hora mágica. se descorre la cortina y el pájaro está todavía mirando encerrado en su jaula. la ciudad amanece con una ambulancia metiéndose por la ventana. las delgadas líneas rojas de tus ojos se cristalizan, y en algún rincón de tu cuerpo, el vaso dilatador se contrae dejándote helado. se hincha un pulmón, se pone rojo, abre la ventanilla N 4 para los no clientes y se recibe a los que estuvieron esperando en una larga y olvidada fila. las luces en la calle, en los carteles no paran de titilar. los zapatos cortan la circulación de los pies, ya todo es inútil bajo en control efectivo de las hormigas. se rompe un vaso. se dilata el vaso contractor. la sangre fluye con la fuerza de mil ríos correntosos. la máquina se agita a toda su potencia. una a una las compuertas se van abriendo y un torrente de luz apabulla la sala. se halla el escritor en posición lista para partir. dos murciélagos reaacionan alterados frente a esta entrada. gimen y sus lenguas se vuelven de piedra con cada grito inútil que largan.

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