son muchas las sombras que danzan en la fiesta de mi locura. cuando oigo la señal vienen hacia mí, se recortan de las sombras y se muestran como bestias. tienen millones de ojos diminutos que están observando a toda hora, mientras dormís, cuando estás en tu casa o no, o estás y salís a dar un paseo.
tienen boca y dicen:
-si te descuidás una semana, un día, un minuto, perdés tu categoría de presente y sos parte del pasado.
-si te lo ponés a pensar un poco y otro poco y otro poco te volvés loco. y si te gusta el encierro, acá tenemos el lugar indicado -y con muchas de sus manos pequeñas abren una puerta realmente reducida por la que solo podría pasar la cabeza. Adentro estaba todo bastante oscuro.
-pero por el contrario, te gusta la libertad de las pampas vastas para correr, -me dije y al instante ya estoy en medio de un campo verde inmenso al que no se le veía principio ni fin -podés correr hasta cansarte pero nunca lograr atraversarlos. -me siento agitado frente al paisaje, abatido por no poder hacer como el viento
-si te deslumbran las lucecitas de colores que se prenden y apagan por la ciudad y en el cielo, te mostraré la llamada a la devoción de una luz que econtró en tus ojos encendidos su mejor feligrés; para cuando la luz se apague tus ojos serán ciegos en donde antes podían ver y se te revelará a la visión lo que jamás habías visto. -todo cayendo en un espiral vertiginoso.
-si lo que te gusta es entretenerte con el arte de la escritura, yo puedo conseguirte lo necesario, un lugar tranquilo en medio de la más nada y darte todo para tu supervivencia, un salario por las horas que empleas en esta tarea, y más, puedo hacerte adinerado y reconocido. Pero puede que cuando te sientes a escribir, ya no tengas nada para decir. y cuando vayas a buscar esas páginas tuyas, encuentres que todas están en blanco y esa historia no fue jamás escrita.
-si, a la vez, te gusta viajar a través de los continentes, recorrer las grandes distancias en donde las coordilleras son copos de nieve y los ríos grandes serpientes deslizándose a través de un país; te puedo colocar debajo del ala de un pájaro de metal que te sostenga boca abajo para que observes todo desde las alturas y así apreciarás las capitales del mundo, todas las ciudades hermosas y sus diagramas y sus montañas, sus ríos, mares, selvas interminables. las verás suspendido en el aire -las veo a todas, reunidas en algo que se parece lo que se ve cuando miramos al cielo y advertimos las estrellas. pero estarás lejos, y no las conocerás y no podrás amarlas. y en ese instante, el pájaro te soltará sobre el mar. -y mientras voy cayendo hacia la nada, oigo que dice una de sus mil bocas diminutas
-ya ves, te puedo mostrar todo lo que gustes, pero todo tiene un precio, todo remite a algo más. Y si me permitís una opinión, la suerte está echada.
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