23 nov 2007

dos mujeres

(parte de algo en donde el todo aun no está constituído)
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En un cruce de caminos conocí a dos mujeres cuya piel era de piedra y sus miradas eran como ciegas. Una se llamaba Gloria y la otra decía nombrarse como Inspiración.
¡Gloria! ¿Quién sueña con acariciarte, tenerte entre las manos, aunque no nos estés destinada? Te anhelo como a una amante imposible y para el tiempo en que te posea te convierta en una ultrajada.
¡Inspiración! ¿qué sería de mi si no pudiera tenerte, si después de conocerte te perdiera! Sería miserable. Bella inspiración, no me dejes. Yo bebo de tu cantaro milagroso para saciar mi sed de palabras. Quiero vivir colgado de tu pecho. Me resigno porque no puedo tenerte a toda hora.
¡Gloria! Hay días en que me veo teñido con tu sombra. Vivo en la negación del mandato divino de supervivir a todos los tiempos. Ya no vuelo. Tan humano y tan vil.
¡Inspiración! Dame tu luz para derrochar. Dame grandes cosas que llenen mis manos. Armas poderosas. En esta arena hay que matar o morir.

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