16 nov 2010

Namaste

Namaste


Echando humo retorno… retomo lo viejo con olor a cuaderno nuevo.
En la curva final me encuentro, de este ciclo que cierro…
Feliz me siento, me paro y me acuesto. Tal vez un poco ansiosa, nostálgica y extraña… extraña al sentir cosquillas, mariposas, serpientes cascabeles y arena recorriendo desde llamas de mis manos hasta las plantas de mis pies; ansiosa por deslizarme por este espiral infinito dual. Con la oscuridad de lo desconocido y la luz de lo divino. Así que no me reprimo ante la droga que calma mis ansias.
Uff… suspiro y sonrío. Sin culpa me río, el río…
Uff… suspiro nostálgico, nostalgia citadina con olor a naftalina, de color gris. Recordando su ruido el río me acaricia los pies y me recuerda como fluir.
Nunca te olvido, nunca me olvido de mí. Sé quien soy y de donde vengo. Ya sé que debajo del nylon está mi piel, debajo del pavimento está la tierra, y arriba de las nubes de smogk no solo están el ying y el yang. El Tao se manifiesta sin tiempo ni espacio. El Tao se siente trascendiendo los cinco sentidos, como el amor que habita en todo espíritu aún revestido en odio.
Así doy final a mi comienzo agradeciéndole a la vida por suspirar nuevamente y a la muerte por saber que aún espera del otro lado del puente.


Shanti.

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