11 may 2008

No es que a veces
no te parezcas a los árboles
con su calma negra
o que no puedas caer en mi abrazo
inmóvil, fundiendo los bordes.
No es allí donde nace
la temperatura en que vibras,
es que el movimiento delata
la condición de incendio
que habita en tus ojos.

_________________Poema a una bailarina

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