14 oct 2007

Ya sé...

Ya se, le dijo ella. Ya se en que nos parecemos. Los dos aprendimos a sobrellevar la literatura pero ninguno de los dos tiene la mas puta idea de que hacer con la vida, digo, con la vida real, ninguno sabe como sobrellevar los subtes llenos de gente que corre para todos lados, para ningun lado ( asi, los dos siempre quedaban girando sobre un mismo punto hasta que alguien les decia que se corriesen, y eso era lo mas suave, saltaban y de nuevo se encontraban girando sobre otro punto), me refiero a los trenes reales y no a los que conducen a un campo secreto de flores subterraneas, no sabemos sobrellevar la taza, no queremos asumir que la taza es taza y le echamos alfileres y botones, pero te acordas, una vez tomamos cafe y yo casi me trago un alfiler. Que la taza es taza y lleva cafe o a lo sumo te de rosas y no confites ni alfileres. Aprendimos a sobrellevar la literatura porque ahi diseñamos nosotros mismos el jardin de flores y la taza con alfileres, y si nos tragamos uno es un dolor dulce y sagrado, pero en la realidad, en la realidad. Como hacer para tener nuestras propias plantaciones secretas, como hacer para que el picaporte solo nos sirva para rascarnos la espalda y no para abrir la puerta si desde que nos levantamos nos ejercitamos jugando a ser escritores ( cuando los dos, cuando los dos) y empezamos, siempre narrando en tercera persona, que se levanto, que se cepillo los dientes, o a la mierda los dientes, que no se los cepillo, que sale de mi casa... Pero al salir, te agarre, al salir ves ese picaporte, ese picaporte que no esta cumpliendo la funcion de rascaespaldas y te pones muy rojo, muy rojo de la ira, y se te cae una lagrima de pura bronca. Te agachas y luchas contra el. No queres que el picaporte te venza. Y logras rascarte, rascarte cuando en realidad no pica, pero eso no viene al caso. Lo lograste, pero tenes que salir de casa, y no tenes tiempo de derribar la puerta. No sabes como evitar que el picaporte cumpla su funcion. Ganó, abris la puerta y te vas caminando, sin mirar atras, pero sentis su risa de lejos.
-Ya no tengo mas ideas- volvio a decir ella despues de un rato
-Tenemos que matarnos, matarnos juntos-.
El accedio sin pensarlo demasiado. Ella queria morir de una linda manera, le dijo. El no dijo nada. Tomaron el auto y fueron al lago. Se desvistieron, porque ella queria morir desnuda, y lo miro y le parecio que ya estaba, que su piel ya se estaba tornando azul. Se dieron un beso, no con mucha pasion, y se metieron al agua de la mano. En ningun momento hablaron. Se sumergieron sus piernas, se sumergio el pecho, y por ultimo la cara.
Debajo del agua abri los ojos y lo mire, lo mire por largo tiempo, pero de pronto me volvio una sensacion que ya habia tenido muchas veces, me vino una idea. No se de donde aparecen, siempre pensas que la anterior va a ser la ultima, pero hay otra que vuelve a aparecer. Saque mi cara del agua y respire profundo, volvi a sumergirme y lo sacudi como intentando revivirlo, por un momento intente sacarlo, llevarlo a la orilla, pero estaba enredado con un alga. Sali del agua, me seque, mire el lago que estaba mas azul que nunca y me fui a casa.
Lara

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