Oxidado recorro lo que fui.
Desarmado junto mis partes.
Ciego serpenteo por caminos,
inimaginablemente blancos,
inmaculados,
casi lugubres como rectos.
Alucinado a cada fruta encontrada,
sangrando con cada arpon que conlleva.
Mas fraternales que juiciosas,
y mas necesarias....
me desnudan relaciones del calibre de una bala.
Enredado en la maleza, sucumbo...
Y avanzo sin los pies inmoviles que ayer tenia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario