Llámese experimento por aplicarse en una escala reducida de la población mundial, siete personas (en realidad, eran ocho, pero dos hacían uno con la comunión de su amor) alrededor de un fuego que ardía en la falda de una montaña.
Yo creía, al menos así lo hice notar, que este lenguaje o sistema de pensamiento no se podría llevar a cabo sino en un estado de evolución humana en el que ya no haya que pensar en uno mismo sino sólo en los otros ya que habrá alguien más que piense en uno; que el hambre ya haya sido erradicada porque el hombre se ha dado cuenta que su alimento brota de la tierra; y que todo lo que linda con lo necesario, se obvie hasta el punto que sea olvidado por la memoria colectiva, habiéndose erradicado de todo libro de texto aquellas innecesidades del decir que entorpecen el camino hacia el entendimiento real.
Demás está aclarar que cierto tipo de telepatía muy común ya habrá sido desarrollada para entonces, cosa que facilitará la tarea para las generaciones venideras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario