En el mástil me encontré con el resto de los pibes. En medio de la música, la cerveza y la marihuana, llegó la policía. Yo estaba un poco nervioso, porque esa misma mañana me habían detenido por una oscura razón. Un policía me señaló y me pidió que lo acompañara. Como caminaba dándome la espalda, aproveché para sacar los pedacitos del faso que tenía en el bolsillo de la campera de jean y los metí en una latita de coca que encontré tirada. Lo descarté detrás de un árbol y me subí al patrullero. Adentro el policía me explicaba que estaban llamando uno a uno los habitantes del barrio a declarar. Resulta que hoy era una fecha electoral, pero no sabía si se trataban de elecciones presidenciales o parlamentarias. Es más, no tenía ni idea de qué día era hoy.
Me llevaron hasta una dependencia municipal, un edificio viejo con una ventanilla que daba a la calle. A pocos metros, el patrullero seguía estacionado, controlando que el acto eleccionario se llevase a cabo. De otro patrullero, bajó Miss Debby, mi profesora de inglés. La pararon frente a la puerta de entrada del edificio y la palparon de armas. Luego de asegurarse de que estaba limpia, entró y apareció por la ventanilla.
–Hello, Paul –me dijo y sonrió.
–Hi, Debby. How you doing?
–Good. Thank you. Voy a tener que hacerte unas preguntas en este día de elecciones. ¿Sí? –Asentí con la cabeza, pero no le pareció gesto suficiente porque me repitió -¿sí?
–Sí –le contesté.
–Bueno, contestá sí o no. ¿Sos conciente de que estamos en una fecha de elecciones?
–Sí –contesté.
–Contestá sí o no. ¿Sabés en qué fecha estamos?
–Creo que debe ser octubre, porque las elecciones siempre son en octubre, pero estamos en febrero.
–Sí o no.
–No –contesté.
– ¿Sabés qué es lo que se elige en esta fecha? Sí o no.
–No –contesté.
– ¿Sabés por qué te trajeron?
–No –contesté.
– ¿Sos conciente de las consecuencias que conllevan tus actos al momento de realizar tus elecciones?
No contesté.
Me llevaron hasta una dependencia municipal, un edificio viejo con una ventanilla que daba a la calle. A pocos metros, el patrullero seguía estacionado, controlando que el acto eleccionario se llevase a cabo. De otro patrullero, bajó Miss Debby, mi profesora de inglés. La pararon frente a la puerta de entrada del edificio y la palparon de armas. Luego de asegurarse de que estaba limpia, entró y apareció por la ventanilla.
–Hello, Paul –me dijo y sonrió.
–Hi, Debby. How you doing?
–Good. Thank you. Voy a tener que hacerte unas preguntas en este día de elecciones. ¿Sí? –Asentí con la cabeza, pero no le pareció gesto suficiente porque me repitió -¿sí?
–Sí –le contesté.
–Bueno, contestá sí o no. ¿Sos conciente de que estamos en una fecha de elecciones?
–Sí –contesté.
–Contestá sí o no. ¿Sabés en qué fecha estamos?
–Creo que debe ser octubre, porque las elecciones siempre son en octubre, pero estamos en febrero.
–Sí o no.
–No –contesté.
– ¿Sabés qué es lo que se elige en esta fecha? Sí o no.
–No –contesté.
– ¿Sabés por qué te trajeron?
–No –contesté.
– ¿Sos conciente de las consecuencias que conllevan tus actos al momento de realizar tus elecciones?
No contesté.
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